Cuando no estoy persiguiendo la luz perfecta, me puedes encontrar haciendo mil playlists o enganchada a una buena serie (y soltando alguna lagrimilla de vez en cuando). Además, siempre estoy en búsqueda de un nuevo destino para el próximo viaje en nuestra camper.

Mis otros compañeros de vida son nuestros dos perros, que a veces hacen cameos en mis sesiones (no hay nada como una sesión de fotos con patas peludas para agregar un toque extra de diversión).

Gracias a mis padres, nuestra infancia está resumida en álbumes en la estantería que a mi hermana y a mí nos encanta revisar a menudo. Por eso valoro tanto conservar recuerdos. Cuando tenía 16 años me compré mi primera cámara, a los 18 estudié fotografía y pronto emprendí mi camino como freelance. A la vez, mi creatividad me llevó a interesarme también por el diseño, y decidí estudiar diseño gráfico y web en una escuela de diseño en Valencia. 

Pero sin duda lo que más disfruto es formar parte del día más especial de muchas personas y hacerles recordar todos los detalles y las emociones que vivieron para siempre, y ver crecer a familias que confían en mí para congelar todos esos momentos de sus vidas que merecen ser recordados.